Hace dias bebi tu veneno. Falleci por unas horas, me hundi y pude ver la oscuridad en la que estaba envuelta tu alma. Afortunadamente pude salir, tuve que nadar en sentido contrario a la marejada de olas que hacian lo posible por mantenerme ahi, pero no quise permanecer ni un solo instante y sali, como suelo hacerlo, nadando con todas mis fuerzas, quedando exhausta al final, a la orilla del profundo oceano, tirada, boca arriba, mirando el profundo infinito.

Hoy solo contemplo el ir y venir de tu ser, admiro el mio y veo como ha quedado solamente una espesa neblina que dia a dia se disipa, llevandose todo sentir, dejando la indeferencia en el aire y la satisfaccion escrita en la arena: entregue por completo mi amor. El agua salada volvera a borrarlo. No hay mas que decir.