las tradicionales calaveritas

No recordaba que no trabajaria el día de hoy, asi que no tengo pretextos para no echarle cabeza a mis ya tradicionales calaveritas:

Israel:

A nadie mas a que la flaca,

debías tu de admirar,

pues la condenada calaca,

celosa a morir es,

y no le pareció nadita,

que miraras a otra pelona,

desde el mas alla se oía,

que gritaba de alegría:

hoy sí que es tu día!

al cine iremos juntitos,

caminando despacito,

y despues de todo eso,

en el mas allá te encerraré,

para que solamente enamores,

a mi oscurito ser.

Faby:

De sombrerera loca,

su disfraz confeccionó,

(precioso por cierto le quedó).

Ni tarda ni perezosa,

la muerte por "ay" se enteró,

de catrina tu disfraz debió ser,

le comentó en cuanto la vió,

pero ahora ya no importa,

ocupo que con tu gran talento,

vistas a todos "acá",

así que viva ya no harás nada,

ya te cargo la....tostada.

Yaya:

Salada se sentía ese día,

pues su vehículo no encontraba,

no te preocupes le dijo la flaca,

todo sea como eso,

yo te ayudo a encontrarlo,

pero a cambio de eso,

tu hermosa vida me llevo,

que chiste dijo Yaya,

inteligente mujer,

mejor dame un auto nuevo,

y dejame disfrutarlo,

poco mas de un año,

trató hecho dijo la parca,

y ahora resta esperar,

que la muerte regrese en más.

Raúl:

Hasta el mas allá llego el rumor,

de que estabas de mal humor,

y por andar de hocicón,

la flaquita te llevó,

quieres diversidad laboral?

en la oscuridad la encontrarás,

ahí nadie se queja,

nadie te sacará el tapón,

podridos si que están todos,

en el lugubre panteón.

Consuelito:

Una señora muy guapa era,

dedicada en su trabajo,

y por esa sencilla razón,

la muerte no lo soportó más,

así que por teléfono habló,

a la oficina donde laboraba,

y dijo ser de Chihuahua,

donde nunca contestaban,

y con engaños se la llevó,

al oscuro sepulcro.

Linda:

Un mensajito la muerte leyó,

que a un hombre guapo quería conocer,

asi que pa que no diga,

a su mejor partido mando,

alto y bien delgadito,

estaba el hermoso muertito,

redondita cayo la María,

y las carcajadas de la fría,

no paraban de cesar,

jajaja, se reía,

ahora mía serás,

por toda la eternidad.

Nidia:

Acerca de manejar,

la muerte no comentaría nada,

pues poco a poquito,

la comadrita ya lo hacía,

asi que sus clases finalizaria,

en carreteras del otro mundo,

a estacionarse aprenderá,

a manejar a gran velocidad se atreverá,

pues muerta no temerá,

estamparse en cualquier esquina.